El haber vivido en Caracas y haberme enfrentado a sus largas colas matutinas, me hacen llegar a la inequivoca conclusión, una que algunos amigos expresan sin argumentos: "No hay mujer fea, si no mal arreglada". Salir de Caricuao y dirigirme a la Avenida Vollmer, en San Bernardino, desde las 6 am y hasta casi las 8 am, en una insoportable cola, te daba tiempo para repasar tu agenda, hablar, desayunar, llamar por teléfono o curiosear lo que sucedía en otros carros, entre esos cientos o miles que se dirigían hacia destinos cercanos al tuyo. Algo siempre era común en los carros tripulados por damas, todas llevaban su estuche de cosméticos a mano e iban delineando sus ojos, maquillando sus pómulos o embelleciendo sus labios. El trabajo, la actividad diaria les exigía una presencia decorosa, para la atención de sus clientes o para el trabajo de oficina, pero se notaba, en todas, el compromiso de verse bellas.
Quizá, en mi teoría social, una que hoy vengo a presentarles, las Reinas de Belleza venezolanas, esas hermosas mujeres que han triunfado en el planeta, sean la base motivacional de que el género femenino venezolano, cuide tanto su belleza. Una venezolana se distingue por su expresión, su soltura, su entusiasmo, pero sobre todo, por su belleza. Todas aprenden a utilizar las herramientas de belleza, todas se arreglan para las ocasiones sencillas o de etiqueta y todas se preocupan en sobresalir a cada instante.
Es sencillo, modelar y no me refiero a una pasarela, si no al hecho de ser el guía común de un nutrido grupo, requiere de ciertas normas que hagan de ese modelo, una escuela positiva para sus seguidores. Es así como observamos a estas grandes modelos, hablar siempre de temas, que aunque algunos toman a broma, son esenciales para el desarrollo armónico del mundo entero.
En el caso de los deportistas de alta competición o personajes famosos de la farándula (quiero dejar por sentado, que no me refiero a sus condiciones físicas, a su desempeño profesional, ni a su vida personal), hay algunos que no tienen una estructura educativa (a mi forma de ver), que les permita influir en sus seguidores de manera positiva y es así, como vemos a un gran número de jóvenes, con unos cortes de cabello que se escapan de "la moda", con tatuajes exagerados que acaparan la atención de muchos, pero que no son compatibles con las habilidades y destrezas de estos modelos y que desgraciadamente son mucho más frecuentes es los estratos más bajos de la sociedad.
Al hombre, al individuo, no se le debe explotar, solo desde el punto de vista de su labor y la meta a cumplir, debemos ser maestros integrales de su trabajo y de su conducta, de su legado a las generaciones futuras y considero que este tema no ha sido tomado en cuenta por las escuelas deportivas, ni las academias de actuación, por lo que muchos jóvenes toman esas conductas de estereotipos equivocados, sin entender la realidad de quien lo modela.
Hace pocos días, murió alguien que ha dado mucha tela para cortar, se trata de Diego Armando Maradona, quien representó el más alto performance para jugar al futbol, en su época, pero que causó revuelo con sus excesos y conducta poco ética. Quizá fue victima de sus más cercanos, quienes temieron salir de su círculo íntimo, si se atrevían a decirle la verdad, tal cual le sucedió a Hector Lavoe, o sencillamente no estaba preparado para asumir un rol de modelo, ante un muy nutrido grupo de admiradores y seguidores que lo amaron en vida y después de ella.
Pues, quedará como tarea para quienes influyen en la vida de estas grandes estrellas, inducirlas a ser mejores modelos, por el bien de la humanidad.
Vicente Colmenares Tovar
V-7.661.177
