sábado, 24 de octubre de 2020

ESCRIBIR UN LIBRO

 

"Ambición y muerte en el páramo"

    No soy de quienes piensan que escribir un libro, sembrar un árbol y tener un hijo, sean las cosas que toda persona deba hacer en la vida, tal como lo escribiera el poeta José Martí, sí así fuera, esa frase chocaría irremediablemente con otra de sus frases que dice, saber leer es saber andar, saber escribir es ascender, con la que una vez más no concuerdo.

    Escribir un libro, es mucho más fácil de lo que algunos piensan, pero paradójicamente, mucho más difícil de lo que muchos piensan. No se trata de armar algunas frases o párrafos, es todo un ensamblaje de palabras, que al final tengan una "melodía" propia, que la gente (sus lectores) pueda apreciar. Allí confluyen la redacción, la síntesis, la ortografía, la secuencia y muchas otras, que servirán de base a lo escrito, pero después viene la logística, una buena editorial, un excelente acabado y el proceso de distribución y comercialización.

    Con mucho honor y humildad, acabo de recibir mi novela "Ambición y muerte en el páramo", de la cual estoy muy orgulloso. Hoy es su presentación en mi pueblo, en esas tierras donde se desarrolla toda una trama de amor, sexo, dinero y muerte, y es oportuno agradecer a todos quienes hicieron posible la elaboración y posterior distribución de la misma, a Winston López Ramírez, quien desde el principio me animó con su elaboración, a Jurado Grupo Editorial, por todo el apoyo para con la misma, a Lilian Damarys, por haber tenido la paciencia y sus aportes en todos los sentidos, durante su redacción y a mis hermanos de la vida (Promoción TN. Pedro Lucas Urribarrí), un grupo de personas que conocí hace poco más de 36 años y que hoy se mantienen monoliticamente como una cofradía no muy religiosa, quienes me brindaron su total y desinteresado apoyo.

    Muchos hombres han trascendido sin escribir un libro, es más sin sembrar un árbol, ni tener un hijo. Cada quien aporta su talento, sus cualidades, sus virtudes, como bien lo considere. Pero estoy totalmente convencido, de que la lectura es uno de los caminos más directos al éxito, al progreso, al desarrollo personal y que la escritura, es tan solo un elixir que mantiene tu cerebro acelerado y entonado a cada momento.

    Disfruten con Alexa, protagonista de esta novela, que ha acaparado los mejores comentarios (espero y confío que no hipócritas), de los parajes andinos, su bella gente, su moto de alta cilindrada y la aventura que hoy les presento. A todos, un Dios se lo pague.


Vicente Colmenares Tovar.

V-7.661.177

sábado, 10 de octubre de 2020

NOUS DEVONS MIGRER (Tenemos que emigrar)



    Pedro, José y María, serán los seudónimos que usaré, para referirme a tres jóvenes centrales (desconozco su ciudad de origen), con los cuales intercambié unos pocos minutos, la mañana de este 10 de octubre de 2020. Acababa, junto a mi esposa, de hacer unas entregas de medicamentos en la Ciudad de San Cristóbal y nos disponíamos a tomar la buseta de regreso a Cordero, cuando fuimos abordados por tres jóvenes (Pedro, José y María), quienes nos preguntaron, ¿cómo hacían para llegar a Traki?. Encontrándonos nosotros en la esquina de Maxi Cream, en La Concordia, le contestamos que estaban bastante lejos, que aproximadamente a 2 kilómetros o un poco más, que lo mejor era tomar una buseta que los dejara allá. Uno de los tres, pudo ser Pedro, me contestó que no tenían para el pasaje, que llegando a San Cristóbal, en una alcabala de la policía, los habían parado y les habían revisado las maletas y los amenazaron con bajarlos y regresarlos, si no les daban la plata que llevaban. Estos jóvenes, casi niños aún pues no creo que ninguno pasara de los 20 años, en su miedo, le dieron todo lo que traían, para que no los regresaran. 
    Su destino, lo desconozco, nunca hablamos de eso, pero iban en huida, iban emigrando de un país que no les brinda ninguna posibilidad de surgir, de un país en donde la autoridad, que está para defender a los ciudadanos, los está reprimiendo, acosando y robando. No sé que van a hacer Pedro, José y María, no tienen cara de muchachos malos, por su vestir puedo inferir que son de un estrato social bajo, pero “en sus caras se dibuja la decepción de la espera” (al mejor estilo del Pablo Pueblo, de Rubén Blades). Con caras tristes, les vi la intención de continuar su camino hacia Traki, por lo que mi esposa y yo decidimos apoyarlos con el pasaje a Traki y algo más, que no era mucho. A la cuadra se veía venir la buseta de Cordero, por lo que le dijimos que esa los dejaba en Traki y que nosotros les avisábamos donde quedarse, ya que nosotros también nos íbamos en esa. 
    Al subir a la buseta, me conseguí con Carlos y Mailiu, dos buenos amigos y buenos samaritanos, quienes al escuchar el cuento de lo sucedido, también aportaron algo de ayuda para estos jóvenes. Llegamos a Traki y les señalamos que esa era su parada y que ahí podrían tomar la buseta de Capacho.
    No sé, donde puedan estar a esta hora Pedro, José y María, pero sea donde quiera que estén, que el Dios Todopoderoso y la Santísima Virgen Bendita, me los acompañe y me los cuide. 
    No sé, quienes fueron los policías que le quitaron los dólares a estos niños, pero donde quiera que estén y al mejor estilo maracucho, marditos, trimarditos, mil veces trimarditos, un millón de veces trimarditos, mil millones de veces trimarditos. Por estos policías es que “tenemos que emigrar (nous devons migrer)”, en español y en francés (como el título de este escrito) y para hacer la traducción perfecta de mis palabras a ese bello idioma, “EL RECONTRA COÑÍSIMO DE SUS MADRES, HIJUEPUTAS POLICÍAS DE MIERDA”. 

Vicente Colmenares Tovar 
V-7.661.177

martes, 6 de octubre de 2020

HAZAÑAS DE PASIÓN EN CUARENTENA IV

Bahía de Cata

    En esta oportunidad, les presento a Armando y Elizabeth, jóvenes apasionados por el turismo. Seguimos con las hazañas de pasión en cuarentena.

    Armando y Elizabeth, son una joven pareja de recién casados, tienen un lucrativo negocio de bienes raíces, en el cual trabajan de lunes a viernes, en la ciudad de Maracay, Estado Aragua. Cuando la faena de ese último día finaliza, a eso de las 3 de la tarde, ya todo está dispuesto en su camioneta, para aventurarse por las carreteras del país. Su nuevo emprendimiento, es una guía turística nacional, para exponer todos aquellos rincones apartados, en donde haya alguien dispuesto a prestar un buen servicio. Corre el primer fin de semana del mes de marzo y la camioneta está equipada de gasolina, más 3 bidones sobre la parrilla, Elizabeth preparó unos emparedados para el camino y Armando lleva las herramientas, repuesto, linterna, carpa, chaquetas, gorros, guantes y todo lo necesario para recorrer los picos merideños y comenzar su guía turística en uno de los Estados más bellos y turísticos del país. Son las 2 de la tarde y no hay clientes en la oficina, por lo que Elizabeth convence a Armando para salir una hora antes y aprovechar la claridad al máximo. 
    Su trabajo de oficina, también se puede llevar desde los teléfonos, por lo cual partieron, tomando la autopista regional del centro, que los llevaría a Valencia, San Carlos, Barinas y de allí al páramo. Con buen tiempo y sin percances, llegaron a Barinas a las 6 y 30 de la tarde, por lo que les quedaba poco menos de una hora de luz y decidieron pernoctar en aquella ciudad. Aprovecharon para adelantar trabajo, total la guía sería nacional y cualquier espacio, establecimiento, área de turismo, que pudieran visitar y aprovechar, estaría en algún momento en su guía. Comieron una deliciosa carne en vara con yuca y guasacaca, la especialidad del llano, tomaron un par de cervezas cada uno y regresaron al hotel. La salida para Mérida sería a las 5 de la mañana y necesitaban el descanso, para madrugar al día siguiente. 
    Cinco de la mañana, un baño rápido y a la camioneta. Comenzaba una de las mejores aventuras que jamás habían emprendido, aquellas montañas los habían hechizado, Elizabeth tomaba fotos de todo lo que veía, montañas, riachuelos, animales, aldeanos, carretas, casas de barro. La subida a esas montañas apenas comenzaba y ya era todo un éxito, lo que garantizaba desde ya, que el proyecto que habían decidido emprender, muy pronto daría resultados. 
    El fin de semana resultó mejor de lo esperado, por lo que decidieron que la próxima semana deberían regresar a Mérida, para finiquitar la guía en aquella ciudad, con tan solo una variante, saldrían a las 12 del mediodía y no abrirían la empresa en la tarde, para ganar 2 horas de camino y llegar a Mérida esa misma noche. Elizabeth se encargó de seleccionar las mejores fotografías y les anexaba su pie de página, para tener fresco el recuerdo del contexto en que fue tomada cada una, por su parte, Armando hacía la síntesis de cada sitio visitado, los servicios con los que contaba, su atención, los precios referenciales y todo lo necesario para orientar al turista, en caso de que decidieran visitarlos. Entre las actividades de la empresa y el desarrollo de la guía, se pasó la semana, pero algo no salió de acuerdo a lo esperado, un fuerte rumor de que el virus que se inició en China y había dado tanto de que hablar en Europa, especialmente en España e Italia, lo iban a decretar como Pandemia y que habría restricción de movilidad a nivel mundial. 
    Las noticias eran cada vez más alarmantes, Europa estaba pasando por un momento crítico y lo mejor era hacer caso a las recomendaciones que ya comenzaban a surgir. Siendo ellos un par de profesionales y con un nivel de conocimientos, que podían analizar la situación, decidieron quedarse en casa. Fue la mejor decisión que pudieron tomar, ya la OMS había decretado la Pandemia y era mejor prevenir, en algunos días todo pasaría y seguirían adelante con su guía turística. 
    Pasó un mes y la cuarentena en lugar de perder fuerza, seguía avanzando. Cada vez eran más los controles que se establecían y el suministro de combustible se estaba convirtiendo en un dolor de cabeza. Ahora la situación para aquellos jóvenes, era diferente a la de hace un mes. No podían laborar en su empresa y a pesar de que podían llevar la gestión a través de sus teléfonos, la clientela se había disipado a tal nivel, que la última semana no habían recibido ninguna solicitud de compra o alquiler de algún inmueble. 
    Dos meses habían transcurrido desde que se decretó la cuarentena y a pesar de que en algunos días, habían podido asistir a su trabajo, las restricciones no los ubicaban entre los ramos que podrían reiniciar sus actividades laborales. Los alquileres estaban por el piso y las compra ventas de inmuebles estaban peor, ya que las notarías y registros del país estaban cerradas. Armando fue a la estación de servicio a cargar combustible y le fue imposible, las colas estaban cada vez peor, por lo que decidieron aventurarse en una cola, a fin de cargar el combustible necesario para sus traslados. Tres días en una cola y al fin lograron surtir 40 litros, que en su camioneta no representaba ni medio tanque y que se acabaría muy pronto. Esa misma noche comenzaron a buscar por internet, quienes estaban vendiendo motos y en menos de una hora ya tenían seis candidatos diferentes para adquirir una moto y de esta manera reducir el consumo de gasolina. A la mañana siguiente fueron a comprar una moto y al llegar a la casa con su nueva adquisición, Elizabeth manifestó una nueva idea. Si semanalmente pudieran cargar gasolina en la camioneta, podían movilizarse en la moto a los lugares cercanos y pudieran seguir con su guía turística en esos lugares, por ejemplo, la Colonia Tovar, Cata, Choroní, Puerto Cabello y hasta Tucacas podrían llegar con un bajo consumo de combustible. Pero había otro problema, la movilización entre Municipios era problemática, mucho mayor entre Estados. 
    Decidieron bajar a Choroní ese fin de semana, tan solo la carpa, linterna y algo de comer, era lo que podían llevar, pero el fin justificaba los medios y los hoteles tampoco estaban laborando, por lo que sería una verdadera aventura ese viaje. Su pasión por el trabajo y el logro de sus metas, hacían necesario agotar cualquier instancia, para avanzar en la guía. Para cuando finalizó el fin de semana, comprendieron las ventajas que aquel vehículo de dos ruedas, les había dado. Pudieron desplazarse más rápido y con menos problemas que en la camioneta, los teléfonos les servían de agenda, para recordar todos los lugares visitados y al llegar a Maracay, tenían en sus manos la solución a sus problemas y podrían continuar con su pasión. A la fecha, Armando y Elizabeth ya tienen la guía turística de Aragua, Carabobo y Miranda culminada y están a la espera del fin de la cuarentena, para continuar con el resto del país.

    Tus sueños no tienen fecha de vencimiento. Toma aire profundamente y vuelve a intentarlo.
    No dejes atrás tu pasión por las cosas. Solo tu voluntad marcará la diferencia.

    Les dejo los enlaces de las hazañas pasadas.

Vicente Colmenares Tovar
V-7.661.177

viernes, 2 de octubre de 2020

HAZAÑAS DE PASIÓN EN CUARENTENA III


    En el ciclo de hazañas de pasión, no podía faltar la pasión por la religión, la cual muchos la traducen como fe. Les presentó a María Contreras y sus hazañas.

    María Contreras, una fiel creyente y seguidora de la iglesia católica, vive en La Limpia, Maracaibo Estado Zulia, todos los días visita la iglesia de su parroquia, pero los domingos no falla en su traslado al Santuario de la chinita. Es miembro del equipo que organiza año a año, los eventos litúrgicos del mes de noviembre.
    La Conferencia Episcopal, decidió cerrar las iglesias en el mes de marzo y María se va todos los días a la puerta de la iglesia de su parroquía, a hacer oración. Al principio también acudía a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, mejor conocida como la Basílica de la Chinita, Templo el cual adquirió su elevación a Basílica Menor, en el año 1.920, por lo que este año, la celebración deberá ser por todo lo alto, ya que se cumple un siglo de ese acontecimiento.
    Todos están muy asustados con la propagación del virus, pero María hace un contexto religioso de las circunstancias en las cuales se encuentran y con una exposición digna de los mejores líderes, logra convencer a un nutrido grupo de personas, que continúen con la planificación. Qué tal si en octubre finaliza la cuarentena? Qué tal si dan la orden de reabrir las iglesias? Qué excusas vamos a presentar a nuestros feligreses? Dios nos va a cuidar, porque él es quien quita y quien pone, quien da la vida y nosotros estamos en la obligación de alabarlo y bendecirlo, no podemos fallarle. Con estas preguntas, con estas frases, María logró que ese nutrido grupo estableciera nuevas estrategias para la planificación de los eventos. Semanalmente se reunirían en el comedor de la Basílica, para evaluar las tareas asignadas y para establecer nuevas tareas. Cada uno es responsable de crear un grupo de whatsapp en su comunidad y existe ya un grupo para ellos, como líderes de sus respectivas parroquias, se creó una página de facebook y otra de instagram, para responder a las interrogantes de los feligreses y se están contactando a todos los proveedores de servicios afines a la celebración, para alertarlos de la actividad, por si la misma se llegara a ejecutar.
    María también ha convencido al grupo, que la oración es el mejor remedio para el virus y que cada uno de ellos debería reunirse, a diario, en sus respectivas parroquias, con los creyentes más devotos y hacer oración diaria. Deberían convencer a los párrocos, de poder establecer un horario, para que esas personas ingresen a las iglesias, a través de la casa parroquial y tengan un momento diario para su recogimiento y elevar sus plegarias a Dios, por el bien de la humanidad. Ella en su parroquia ya se ha adelantado y todo está funcionando de maravilla, si bien las puertas de la iglesia permanecen cerradas todo el día, el párroco ha autorizado el ingreso de algunos feligreses, para que hagan oración diaria, en compañía de María.
    El vestido para la Chinita, ya se encuentra encargado y la comisión para tal fin, ya ha ubicado los recursos para el pago del mismo, con los comerciantes marabinos, las flores ya se encuentran encargadas, porque han decidido que si la cuarentena se extendiera hasta el mes de noviembre, la Chinita debería lucir su nuevo vestido y la Basílica debería estar adornada. Se han elaborado varios diseños para las invitaciones y la siguiente reunión se deberá tomar una decisión sobre el modelo que se imprimirá, para hacerlo llegar a los diferentes entes que participarán en la actividad.
    El hijo de María, ingeniero en sistemas, le ha planteado la posibilidad de realizar la actividad, transmitiendo en vivo a través de las redes sociales. Que si por alguna razón, la cuarentena pasara el mes de noviembre, se podría hacer una ceremonia en vivo, en la que todo el mundo podría participar y que sería una excelente oportunidad para que todos los venezolanos en el planeta, pudieran participar de la actividad, así como todos los creyentes católicos que decidieran unirse a la transmisión, que sería todo un éxito en las redes. De esta manera, tendrán dos opciones o posiblemente se pueda realizar de las dos maneras, una de manera virtual, a través de las redes y la otra de la manera tradicional, supeditada al fin de la cuarentena.
    Ya comenzó el mes de Octubre y María, junto al equipo de organización, tienen más adelantadas las actividades virtuales, que las reales. Un fuerte rumor les deja ver que este año finalizará en cuarentena y cada día son menos las posibilidades de celebrar los cien años de ascenso a Básilica Menor, del Templo de la Chinita, pero de algo está convencida María y es de su fe por la patrona zuliana, de su pasión por la iglesia católica y del éxito del Centenario de la Basílica de Nuestra Señora de la Chiquinquirá.

    No es Dios, quien impulsa a María a trabajar por la iglesia, ni siquiera incide en su voluntad o en su entusiasmo. La pasión de María, su fe hacía la Chinita, es exclusiva de ella, es exclusiva de cada creyente. El mundo está lleno de personas apasionadas y solo depende de cada quien, llevar a cabo sus metas.

jueves, 1 de octubre de 2020

HAZAÑAS DE PASIÓN EN CUARENTENA II



        Continuando con el ciclo de hazañas de pasión, les presento a una trabajadora de la medicina.

Ana Mireya Bracamonte
    Ana Mireya Bracamonte, es una médico internista del Estado Miranda. Cuando se graduó de bachiller, ya hacía mucho que había definido lo que quería estudiar y su promedio daba los méritos necesarios para emprender cualquier carrera en el país.
    Entusiasta, alegre, pero muy aplicada, Ana logró culminar su carrera con honores y no perdió tiempo en iniciar su especialización en Medicina Interna. Cuenta con 31 años y hace 1 año que se casó con un compañero de la especialidad, con el cual compartió los 3 años de la especialización. Atiende en el Hospital José María Vargas de Caracas, en el cual realizó su postgrado.
    En poco tiempo se ha hecho muy conocida y muy popular, por su carisma para con los pacientes, su excelente trato a todo el personal médico, su disposición a ayudar a sus colegas y por su disciplina, dedicación y profesionalismo en su área. Siempre atenta a resolver los problemas de su servicio, a colaborar en todos los eventos que sea requerida, a permanecer por más tiempo del que su horario le exige. Su preocupación actual, es por la falta de información sobre el COVID 19 y más que por la desinformación, por la falta de seriedad con la que la población ha tomado la pandemia y la falta de compromiso en las políticas públicas, para la prevención, el diagnóstico y la actuación oportuna, en contra del virus.
    Ha consolidado varios grupos en las redes sociales, entre el personal médico del hospital y ya se están extendiendo a otros hospitales de la capital y del resto del país, tratando de estimular el trabajo efectivo del personal médico, sus cuidados, su protección, pero sobre todo la educación a la población, haciendo énfasis en los grupos de alto riesgo, los niños, ancianos y personas con patologías preexistentes.
    Su tiempo se ha visto reducido al máximo, por lo que solo le da tiempo para hacerse su aseo personal y dormir unas pocas horas en su casa. Su esposo también está dedicado por completo a su trabajo y son muy pocas las oportunidades en las cuales coinciden en el hogar, pero el esfuerzo es parte del juramento prestado y bien vale todo lo que hacen. Entre guardias, consultas, quirófano y ahora la administración de las redes sociales y su emprendimiento de brindar información a toda la red hospitalaria y educación a la población, se pasan sus días, con muy poco tiempo para el descanso.
    Le solicitó al Director del Hospital, que le facilitara un quirófano, uno de esos espacios vacíos, sin aire acondicionado y sin instrumental médico, que tan solo eran espacios desperdiciados, para montar su “centro de operaciones”, en donde, con la ayuda de todo el personal médico, se llevan las estadísticas, datos, tratamientos, entre otros, que les suministran del resto del país.
    Ha visto morir a algunos pacientes, con el dolor y la impotencia de no contar con los equipos básicos y los medicamentos necesarios para combatir la enfermedad, pero desgraciadamente ha madurado su comportamiento en el sentido de no sentirse culpable por esas carencias, sin que las mismas perturben o enturbien su ánimo y su voluntad para hacer lo mejor posible para salvar cuantas vidas pueda.
    Hace unos días se ha venido sintiendo muy decaída anímicamente y un estado gripal la ha atacado, por lo que ella misma ha reforzado sus medidas de bioseguridad, para resguardar la integridad de sus colegas y pacientes. Una pequeña fiebre al tercer día y la falta de sensaciones de olor y gusto, fueron la alerta para solicitar que le hicieran la prueba rápida del COVID, a la cual dio positiva. Su mente siempre positiva, la hace continuar adelante y perseverar en que muy pronto estará de nuevo con sus pacientes, pero decide internarse en el hospital, en aislamiento, para poder seguir con su proyecto en las redes sociales.
    Desde el hospital, puede tener acceso a información de primera mano y a posibles acciones que resulten eficientes y que requieran ser transmitidas al resto del país. Pasada una semana, su caso se ha ido agravando y sus colegas se han mostrado muy preocupados, desde el Director del hospital, hasta colegas de otros centros asistenciales, la han visitado y todos quieren tenderle la mano.
    Ya Ana se siente muy mal y no ha podido continuar con su trabajo en las redes, sin embargo su mirada se mantiene atenta, pero su cuerpo no responde al mismo ritmo que su voluntad. Por los grupos de whatsapp que ella misma creó, circulan solicitudes urgentes de equipos y medicamentos para Ana, pero el país está colapsado y ella, la fundadora de aquellos grupos, la arquitecto de esa estructura comunicacional, la inquebrantable doctora que siempre estuvo dispuesta ayudar a su prójimo, muere irremediablemente en una cama de aquel hospital.
    Murió por una pasión, murió sabiéndose querida y orgullosa de haberlo dado todo por su amor a la medicina y a sus pacientes.


    No es la vida, la que nos ancla a este plano terrenal, ni la muerte, la que nos hace partir de el. Son nuestros legados, nuestra personalidad, nuestra pasión por destacarnos, lo que harán que pasemos al olvido de nuestros familiares, amigos y de la sociedad, o sigamos viviendo entre ellos, así lo físico, pertenezca a esa nueva y eterna aventura.

Vicente Colmenares Tovar 
V-7.661.177

LAS REMESAS ROJAS

  Un dinero con poco esfuerzo     Hace algunos años, quizá más de los que estoy dispuesto a aceptar, Venezuela entera madrugaba. A las 4 am ...