martes, 6 de octubre de 2020

HAZAÑAS DE PASIÓN EN CUARENTENA IV

Bahía de Cata

    En esta oportunidad, les presento a Armando y Elizabeth, jóvenes apasionados por el turismo. Seguimos con las hazañas de pasión en cuarentena.

    Armando y Elizabeth, son una joven pareja de recién casados, tienen un lucrativo negocio de bienes raíces, en el cual trabajan de lunes a viernes, en la ciudad de Maracay, Estado Aragua. Cuando la faena de ese último día finaliza, a eso de las 3 de la tarde, ya todo está dispuesto en su camioneta, para aventurarse por las carreteras del país. Su nuevo emprendimiento, es una guía turística nacional, para exponer todos aquellos rincones apartados, en donde haya alguien dispuesto a prestar un buen servicio. Corre el primer fin de semana del mes de marzo y la camioneta está equipada de gasolina, más 3 bidones sobre la parrilla, Elizabeth preparó unos emparedados para el camino y Armando lleva las herramientas, repuesto, linterna, carpa, chaquetas, gorros, guantes y todo lo necesario para recorrer los picos merideños y comenzar su guía turística en uno de los Estados más bellos y turísticos del país. Son las 2 de la tarde y no hay clientes en la oficina, por lo que Elizabeth convence a Armando para salir una hora antes y aprovechar la claridad al máximo. 
    Su trabajo de oficina, también se puede llevar desde los teléfonos, por lo cual partieron, tomando la autopista regional del centro, que los llevaría a Valencia, San Carlos, Barinas y de allí al páramo. Con buen tiempo y sin percances, llegaron a Barinas a las 6 y 30 de la tarde, por lo que les quedaba poco menos de una hora de luz y decidieron pernoctar en aquella ciudad. Aprovecharon para adelantar trabajo, total la guía sería nacional y cualquier espacio, establecimiento, área de turismo, que pudieran visitar y aprovechar, estaría en algún momento en su guía. Comieron una deliciosa carne en vara con yuca y guasacaca, la especialidad del llano, tomaron un par de cervezas cada uno y regresaron al hotel. La salida para Mérida sería a las 5 de la mañana y necesitaban el descanso, para madrugar al día siguiente. 
    Cinco de la mañana, un baño rápido y a la camioneta. Comenzaba una de las mejores aventuras que jamás habían emprendido, aquellas montañas los habían hechizado, Elizabeth tomaba fotos de todo lo que veía, montañas, riachuelos, animales, aldeanos, carretas, casas de barro. La subida a esas montañas apenas comenzaba y ya era todo un éxito, lo que garantizaba desde ya, que el proyecto que habían decidido emprender, muy pronto daría resultados. 
    El fin de semana resultó mejor de lo esperado, por lo que decidieron que la próxima semana deberían regresar a Mérida, para finiquitar la guía en aquella ciudad, con tan solo una variante, saldrían a las 12 del mediodía y no abrirían la empresa en la tarde, para ganar 2 horas de camino y llegar a Mérida esa misma noche. Elizabeth se encargó de seleccionar las mejores fotografías y les anexaba su pie de página, para tener fresco el recuerdo del contexto en que fue tomada cada una, por su parte, Armando hacía la síntesis de cada sitio visitado, los servicios con los que contaba, su atención, los precios referenciales y todo lo necesario para orientar al turista, en caso de que decidieran visitarlos. Entre las actividades de la empresa y el desarrollo de la guía, se pasó la semana, pero algo no salió de acuerdo a lo esperado, un fuerte rumor de que el virus que se inició en China y había dado tanto de que hablar en Europa, especialmente en España e Italia, lo iban a decretar como Pandemia y que habría restricción de movilidad a nivel mundial. 
    Las noticias eran cada vez más alarmantes, Europa estaba pasando por un momento crítico y lo mejor era hacer caso a las recomendaciones que ya comenzaban a surgir. Siendo ellos un par de profesionales y con un nivel de conocimientos, que podían analizar la situación, decidieron quedarse en casa. Fue la mejor decisión que pudieron tomar, ya la OMS había decretado la Pandemia y era mejor prevenir, en algunos días todo pasaría y seguirían adelante con su guía turística. 
    Pasó un mes y la cuarentena en lugar de perder fuerza, seguía avanzando. Cada vez eran más los controles que se establecían y el suministro de combustible se estaba convirtiendo en un dolor de cabeza. Ahora la situación para aquellos jóvenes, era diferente a la de hace un mes. No podían laborar en su empresa y a pesar de que podían llevar la gestión a través de sus teléfonos, la clientela se había disipado a tal nivel, que la última semana no habían recibido ninguna solicitud de compra o alquiler de algún inmueble. 
    Dos meses habían transcurrido desde que se decretó la cuarentena y a pesar de que en algunos días, habían podido asistir a su trabajo, las restricciones no los ubicaban entre los ramos que podrían reiniciar sus actividades laborales. Los alquileres estaban por el piso y las compra ventas de inmuebles estaban peor, ya que las notarías y registros del país estaban cerradas. Armando fue a la estación de servicio a cargar combustible y le fue imposible, las colas estaban cada vez peor, por lo que decidieron aventurarse en una cola, a fin de cargar el combustible necesario para sus traslados. Tres días en una cola y al fin lograron surtir 40 litros, que en su camioneta no representaba ni medio tanque y que se acabaría muy pronto. Esa misma noche comenzaron a buscar por internet, quienes estaban vendiendo motos y en menos de una hora ya tenían seis candidatos diferentes para adquirir una moto y de esta manera reducir el consumo de gasolina. A la mañana siguiente fueron a comprar una moto y al llegar a la casa con su nueva adquisición, Elizabeth manifestó una nueva idea. Si semanalmente pudieran cargar gasolina en la camioneta, podían movilizarse en la moto a los lugares cercanos y pudieran seguir con su guía turística en esos lugares, por ejemplo, la Colonia Tovar, Cata, Choroní, Puerto Cabello y hasta Tucacas podrían llegar con un bajo consumo de combustible. Pero había otro problema, la movilización entre Municipios era problemática, mucho mayor entre Estados. 
    Decidieron bajar a Choroní ese fin de semana, tan solo la carpa, linterna y algo de comer, era lo que podían llevar, pero el fin justificaba los medios y los hoteles tampoco estaban laborando, por lo que sería una verdadera aventura ese viaje. Su pasión por el trabajo y el logro de sus metas, hacían necesario agotar cualquier instancia, para avanzar en la guía. Para cuando finalizó el fin de semana, comprendieron las ventajas que aquel vehículo de dos ruedas, les había dado. Pudieron desplazarse más rápido y con menos problemas que en la camioneta, los teléfonos les servían de agenda, para recordar todos los lugares visitados y al llegar a Maracay, tenían en sus manos la solución a sus problemas y podrían continuar con su pasión. A la fecha, Armando y Elizabeth ya tienen la guía turística de Aragua, Carabobo y Miranda culminada y están a la espera del fin de la cuarentena, para continuar con el resto del país.

    Tus sueños no tienen fecha de vencimiento. Toma aire profundamente y vuelve a intentarlo.
    No dejes atrás tu pasión por las cosas. Solo tu voluntad marcará la diferencia.

    Les dejo los enlaces de las hazañas pasadas.

Vicente Colmenares Tovar
V-7.661.177

5 comentarios:

  1. Me gusta de la pandemia que mucha gente se ha reinventado, han hecho cosas que jamás hubiesen hecho en circunstancias normales. La vida para los apasionados es mas bonita.

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  2. Nuestra vida debería ser motivada por nosotros mismos, crearnos nuestras pandemias mentales, nuestras crisis propias, para mantenernos innovando, creando, reinventando, haciendo reingeniería a nuestra conducta.
    No podemos dejar que el soplo de vida, de unos pocos años, se nos vaya, sin disfrutarla y poner en ella toda la pasión posible.

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  3. Deberiamos hacer como esa parejita, igual ya tenemos la moto y las ganas de andar viviendo la vida loca...

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  4. Jajaja. Leo la historia y me parece estar viendo la mía propia solo que en vez de guia turístico justo en ese momento estaba culminando de abrir una venta de repuestos para Gandolas, Yaque los clientes no podían trasladarse al local me tocó comprar una moto para poder llevarles los repuestos

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