viernes, 21 de abril de 2023

CONTRATO SOCIAL EN EL TERCER MUNDO



    Vivir en la frontera, permite tener acceso a una cultura, que aunque parecida, tiene un contrato social diferente al nuestro, entendiendo que ese contrato social, no es más que "el respeto a las reglas del comportamiento moral o político, de la sociedad". Visto de esta manera, el mayor contrato social de un país, viene signado por su Constitución, sus Leyes y Reglamentos, tal que, siempre habrá características disímiles entre un contrato social y otro.
    Colombia está a tan solo 40 kilómetros de mi pueblo, por lo que pasar la frontera es solo cuestión de voluntad. No te exigen documentos adicionales ni ningún otro justificativo, que regule o norme el paso fronterizo, por lo cual, un venezolano puede pasar a Colombia o viceversa, sin mayor inconveniente, así como hacer pequeñas compras, sin declarar impuestos o tener inconvenientes, siempre que esté en el marco de lo legal.
    Llegar a Cúcuta, es básicamente, estar en un anexo o apéndice de Venezuela, con una marcada diferencia, Cúcuta, a pesar de encontrarse en un Departamento alejado de la Capital colombiana, ha tenido un marcado desarrollo en sus últimos 20 años o quizá pudieramos decir, que San Cristóbal o Venezuela toda, ha tenido un estancamiento durante ese mismo período, lo cierto es que está llena de grandes centros comerciales, de las más diversas variedades de productos, en donde es muy difícil decir que se buscó algo y no se encontró.
    Ahora bien, si todo lo narrado hasta ahora, es un signo de que Colombia está más desarrollada económicamente, que nuestro país, no menos cierto es, que su sociedad o al menos la gran mayoría que hace vida en ese Departamento, al igual que la sociedad venezolana, no respeta el contrato social que existe. El centro de la ciudad es un caos, sin ley y sin voluntad de cumplirlas, tal cual pasa en Venezuela y en toda nuestra América Latina. Es allí, precisamente, en la voluntad colectiva y obvio que nace en la individual, en donde comienza el verdadero cambio. Respetar no es sinónimo de tonto, ni irrespetar, lo es de viveza. Tan solo con cambiar la conducta personal, estamos dando un paso certero hacia el siguiente eslabón, en la larga cadena que hay que enlazar, para conquistar ese cetro del primer mundo.
    Ahora bien, luego de transitado el largo camino hacia el primer mundo, es duro aceptar y así lo entiendo yo, desde mi perspectiva, que el contrato social, es cumplido por dos razones bien marcadas, la primera, porque existe una cultura arraigada en la sociedad, que las leyes, o sea ese contrato social, existe para el confort común y la segunda, que el Estado, está para velar por el cumplimiento de ese contrato y que dispone de todos los medios posibles, para conseguir el fin último.
    Este eslabón, solo se refiere a la cultura de la sociedad y de como podemos colaborar a nuestro desarrollo, no tiene nada que ver, con la corrupción del Estado u otros agentes que perturben o incidan en nuestro subdesarrollo.

LAS REMESAS ROJAS

  Un dinero con poco esfuerzo     Hace algunos años, quizá más de los que estoy dispuesto a aceptar, Venezuela entera madrugaba. A las 4 am ...