sábado, 8 de junio de 2019

La Evolución de la Revolución

Asociamos la palabra Evolución con desarrollo, avance, empuje, progreso, perfeccionamiento. La Revolución Bolivariana, por mucho que nos duela aceptar, también ha evolucionado. Desgraciadamente aquí nace un dilema existencial, no toda evolución, a pesar de sus sinónimos positivos, es benigna. El comunismo, no es una materia de nueva data, ni de esta generación. Su génesis ya supera el siglo y es obvio que para haber sobrevivido a los continuos cambios políticos y sociales, es porque ha sido concebido sobre los pilares de la adecuabilidad y adaptabilidad. Quienes sí son nuevos en estas lides políticas y doctrinarias, son quienes hoy fungen como guías de la política oficialista en Venezuela, no obstante, la esencia del capitalismo les brindó el suficiente colchón económico para sufragar los gastos por concepto de asesorías, las cuales a la postre son las que determinan el rumbo político y social de más de 30 millones de venezolanos, ahora diseminados por toda la geografía del planeta. Estamos a menos de una semana de dar paso a una nueva etapa política en Venezuela y lo peor es que la ceguera en la cual nos han arrinconado, no permite que muchos compatriotas adopten una postura cónsona y coherente con el momento que vivimos. Si el dilema es votar o no votar, creo que lo están pintando en blanco y negro a conveniencia del gobierno y de quienes se convencieron de que el camino era electoral, sin querer vislumbrar toda la gama de colores que predomina, desde lo económico y social interno, pasando por la enorme crisis en la cual estamos sumidos y acentuándose en el tema internacional. Puertas adentro de nuestro bello y aun inmensamente rico país, se vive la crisis más aguda de pueblo alguno sobre la tierra, en los últimos 50 años, de acuerdo a expertos internacionales en el tema. El salario mínimo integral no alcanza para comprar un Kg de carne, no alcanza para que una persona se coma un pan sin relleno, por las tres ocasiones (desayuno, almuerzo y cena) durante todo el mes, prácticamente ya no alcanza para costear los gastos de pasaje que requiere la movilización hacia el trabajo. El tema de salud está en un nivel de inaccesibilidad tal, que al venezolano le es negado el derecho a enfermarse, ya el derecho a la salud no existe desde hace mucho. Los medicamentos solo existen en páginas de bachaqueros, en tal cual trabajador de tiendas farmacéuticas o de algún empleado público. Quienes vivimos en la frontera, tenemos la oportunidad de adquirirlo en el país vecino, pero un medicamento que costaba 5.000 BsF en Diciembre del año pasado, para el tratamiento de un mes, hoy cuesta 30.000.000 de Bolívares Fuertes, o lo que es lo mismo, casi un año del salario mínimo integral. El transporte público y el privado, están colapsando al igual que todo el país. Los conductores deben incrementar los precios para adquirir repuestos, los usuarios no les alcanza para cubrir esos gastos, los dueños de vehículos no tienen para adquirir repuestos. Si analizamos cualquier gremio, aspecto social, población o cualquier otro que se nos ocurra, vamos a encontrar coincidencias en cuanto a la problemática. Sin embargo, existen dos variantes que hay que recalcar en el aspecto de adquisición y consumo, sin tener que tocar a una clase pudiente “A”, en decadencia, que aún sobrevive a los desmanes de la Dictadura. El primero es el de aquellos que ya lograron instalar a uno o varios familiares en el exterior y que ahora reciben remesas de dólares cambiadas a bolívares, las cuales terminan siendo muy ventajosas y que representa uno de los principales motivos de la intervención de Banesco y de las futuras intervenciones a otras entidades financieras. El segundo es el de esa sociedad cómplice, que se ha dedicado a extorsionar, robar, timar, desangrar a sus vecinos, compañeros, amigos y hasta familiares, adquiriendo bienes a precios regulados y vendiéndolos a precios exorbitantes. Este género tiene varias aristas, desde el productor que ya tiene su línea de comercialización paralela, pasando por los distribuidores, sindicatos, para finalizar en el bachaquero clásico. Lo cierto es que llegamos al punto de canibalismo salvaje y sencillo, del cual se lucran no los más aptos, sino quienes no poseen principios ni valores, digno ejemplo de esa Evolución. Ahora, qué pasa con los venezolanos que no estamos representados en estos dos grupos? Pero de una u otra forma, seguimos nuestro rumbo, cuan participantes de “La Larga Marcha”, libro de ficción de Stephen King http://www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/Stephen%20King%20-%20La%20Larga%20Marcha.pdf . Perdidos en nuestros propios miedos pero sin la opción de detenernos. Nos criaron con la visión de “Herederos de Héroes”, pero creo que las teorías genéticas consiguieron una piedra de tranca en su modelo, superado por la Evolución de la Revolución. Nos han minimizado como población, como luchadores, como pueblo libertario, haciéndonos caer en un grupo sin líderes, en un pueblo sin guías. Quienes hasta ahora han liderado nuestros pasos, no han tenido la visión clara de lo que representan estos comunistas ni hasta donde son capaces de llegar. Una visión ciega, si el concepto se puede adecuar, de hacia dónde deben encaminarse las decisiones y acciones que deriven en la abolición de este modelo político. Estrategas sin estrategia, líderes sin seguidores, en eso han terminado. La Dictadura los ha hecho dividirse y pareciera que los divididos estaban esperando el detonador para empezar a romper entre ellos. Nunca entendieron la Verdadera Unidad Política http://vicenteenlibertad.blogspot.es/1502810994/solo-buscamos-la-unidad-politica/ , ni nunca fue su objetivo. Ahora se encuentran en una trampa, en donde quieren ir a votar pero el pueblo no quiere, en donde quieren participar pero no tienen liderazgo, en donde quieren convencer pero saben que el pueblo no los sigue y tomaron, algunos, la decisión más acorde con el momento político. No participar. El problema es uno solo, simple, básico y sencillo. El pueblo no quiere votar, el mundo no quiere que votemos, la lógica apunta al no votar, pero seguimos sin estrategias para el día después. Si la salida no es electoral, si las decisiones internacionales están muy distantes, la salida es la calle. Si hay que morir de algo, triste sería de hambre, no por quienes ya vivimos, sino por nuestros hijos y nietos, pues creo que es hora de organizarnos y salir a morir como herederos de libertades. La Comunidad Internacional, por duro que suene y por extraño que parezca, no va a intervenir. Venezuela representa, geoestratégicamente, una presa dura de roer, los intereses de unos y otros nos dejan a merced del Carnicero de Cúcuta y nada ni nadie, en el corto plazo, hará la diferencia diplomática. No existe un camino ni una estrategia, ese camino debemos construirlo y esa estrategia debemos afinarla en la calle. Si todos salimos, si nadie se queda, si es una decisión única, el triunfo está asegurado. Si la mayoría tiene miedo y prefiere la opción de morir de hambre, la Evolución de la Revolución habrá logrado uno de sus más anhelados objetivosy estaremos a merced de una nueva etapa de Dictadura por muchísimos años más. En poco, habrá algún Willy Chirinos venezolano que aún nos aliente por otros 20 años a que “nuestro día ya viene llegando”. “No merecemos haber vivido un pasado de oro y dejar a nuestros hijos un futuro sin brillo” Vicente Colmenares Tovar.

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