Ventas ambulantes en el Táchira |
Recuerdo perfectamente que
el 14 de Marzo de 2020, luego de todas las noticias que llegaban por las redes
sociales y la información de familiares y amigos en Europa, decidí junto a
@liliandamarys comenzar un período de aislamiento voluntario. Para la fecha el
gobierno nacional no se había pronunciado sobre la Pandemia y sus alcances,
pero poco tardaría en dar a conocer sus medidas. Medidas que por cierto
carecían de estrategias clínicas pero si políticas. La restricción en la venta
de combustibles para vehículos, fue la más sonada y criticada, ya que para
aquel entonces se sabía de la escasez de gasolina a nivel nacional, lo cual les
caía del cielo o como algunos dicen, como anillo al dedo.
Dos meses se cumplen hoy de
aquella decisión y a la fecha no dispongo de elementos que me permitan evaluar
el comportamiento del Coronavirus en nuestro país, tan solo tengo a mi Pueblo
como marco referencial para hacer conjeturas de cómo se ha venido desarrollando
la vida social en estos 60 días en el resto del país, ya que el Mundo hoy,
pareciera comenzar a retomar la marcha, con tropiezos, con barreras, pero con
voluntad y con la necesidad de poner a andar los aparatos productivos de sus
respectivas naciones. Cordero, es un pueblo de unos 25.000 habitantes, Capital
del Municipio Andrés Bello, ubicado en la zona metropolitana de San Cristóbal,
posee una sola estación de servicio, la cual no opera desde una semana antes
que comenzara la cuarentena. Para muchos una Ciudad dormitorio, ya que la gran
mayoría de sus habitantes trabaja o estudia en San Cristóbal, por lo que la
falta de gasolina incide directamente en sus actividades diarias, dejando
abiertas las puertas para la reinvención comercial y emprendimiento. A
continuación mi visión sobre Cordero hoy, su economía y su emprendimiento.
Desde el punto de vista del
Coronavirus, nadie sabe a ciencia cierta, si realmente tenemos o no casos de
contagio en nuestro Municipio. Al menos, los tres casos que la población cita a
diario, son casos, cuya información se maneja en secreto en el CDI del pueblo.
Personas que fueron traídas al CDI desde otros sectores o desde la frontera,
pero que aparentemente solo una, es de esta localidad. El secreto o discreción
con la cual se maneja esta información, es el elemento clave de este gobierno,
al igual que todo lo que maneja. Algunas personas hablan de solo dos casos,
otras de cinco, unas que dicen estar mejor informadas dicen que son ocho y
hasta más, pero quienes se dicen expertos, ya citan que el personal médico y
asistente del Centro, está también contagiado. Total que ni siquiera el Alcalde
del Municipio ha tenido acceso a la información, ya que el misterio le hace el
juego perfecto a la revolución, al comunismo.
Desde el punto de vista
económico. Salir a caminar Cordero hoy día, es encontrarse con las calles
repletas de vendedores ambulantes, algunos ofrecen mercancías variadas en las
puertas de sus casas, otros en el capó de sus vehículos, otros en una mesa
frente a las plazas o en alguna avenida transitada, algunos tan solo en el piso
de cualquier lugar que consideren un buen punto y muchos otros con un morral,
una bolsa, un recipiente o una carretilla, tocando puerta por puerta para
ofrecer sus diversos productos. La moneda hace mucho que dejó de ser el Bolívar
Soberano, para el corderense la forma de pago es el peso colombiano y algunos
ya transan con dólares de los EEUU. La economía formal o informal comienza a
las 8 am y las calles, cual película western, quedan desiertas luego de las 2
pm. En esas 6 horas vemos gente caminando todo el pueblo, 25 cuadras aproximadamente
de largo, por 6 avenidas en su casco central, que se reducen a unas pocas en el
área comercial, para lograr ahorrar 100 pesos en un kg de verduras, 200 en un
jabón de baño y hasta 500 en una harina de maíz. Entre tanta competencia, los
revendedores, aquellos con sus mesitas buscando el sustento de la familia, son
los más afectados, ya que no tienen el músculo económico para traer grandes
cantidades a precios de mayor, desde la Ciudad de Cúcuta, donde por cierto,
muchos de nuestros habitantes van a diario a comprar mercancía, pagando en las
alcabalas venezolanas y en las trochas colombianas para pasar al vecino país,
sin ningún tipo de control médico para la prevención del Coronavirus, pero que
siendo honestos, sin su riesgo no tendríamos para subsistir.
En los últimos días ha
habido un incremento en el deporte en Cordero. En la ruta hacia la Escuela de
Formación de Guardias Nacionales (ESGUARNAC), se pueden ver muchas personas
haciendo ejercicios (caminando) y en algunas calles se reúnen los vecinos, para
jugar volleyball o futbolito. El grave problema es que la gran mayoría de estos
grupos, no utilizan tapabocas y obviamente no disponen de mecanismos de lavado
cerca, a fin de lavar sus manos, por lo que se convierten en agentes de alto
grado de contagio, amén de que estas actividades no permiten la práctica del
distanciamiento social.
Al caer la tarde y acercarse
la noche, el panorama vuelve a cambiar. Todo un pueblo con caras lúgubres,
vuelve a salir a la calle, pero ahora solo hasta la puerta de sus casas, sentados
en una silla, en un taburete o tan solo en la acera. Se conforman con ver pasar
a los pocos caminantes que deambulan las calles y asumo que con la esperanza de
quien espera que las soluciones caigan del cielo, soluciones a quienes muchos le
tienen nombre: clap, bono, gas, entre otros. Porque así tratemos de desviar la
vista, este pueblo se ha ido acostumbrado a no luchar y a recibir, a cambio,
las migajas del gobierno. Esas son las personas en la calle, cuando el ocaso
toca a cada día o a cada tarde, con sus ropas desteñidas y sus cholitas, con
una actitud como la de los personajes de “humillados y ofendidos” y al mejor
estilo de la Cuba de otrora, porque la Cuba de hoy, goza de electricidad continua,
gracias a los contratos en materia energética con Venezuela.
En todo el Estado Táchira y
según se puede ver en las redes sociales (las pocas veces que tenemos internet),
en otros cuatro estados del Occidente del País, hace un mes que el
racionamiento eléctrico es de 18 horas diarias y a veces de más tiempo. 9 horas
continuas de oscuridad, por tan solo tres de luz, lo que ha conllevado a la
perdida de productos refrigerados, tanto para los comerciantes, como para los
particulares. Por otro lado, la quema de equipos eléctricos y/o bombillos. La
falta de energía eléctrica afecta todas las áreas, la salud, al no tener
capacidad de esterilización, aparatos y equipos para salvar vidas; educación,
al no tener internet para las clases virtuales; industrial, toda la maquinaria
paralizada; y así cada una de las áreas, que requiera al menos de un bombillo
para realizar sus tareas, tal es el caso de los pollitos bebés, que requieren
de un período adicional de luz incandescente, para su desarrollo inicial.
Total, mis queridísimos lectores,
que pasamos a ser un país en vías hacia la prehistoria. Somos la antítesis del
desarrollo. Nuestra gasolina, luego de ser regalada, porque su valor nominal
era de milésimas de la unidad oficial del Bolívar Soberano, hoy cuesta tres
dólares el litro, en casi todo el país, con la desgracia que se convirtió en el
primer motor de corrupción de unas fuerzas armadas (minúsculas bien merecidas)
que serán, ante la implacable historia, el eje central, la columna vertebral de
una dictadura voraz, marginal y carnicera.
Cordero es mi punto de
referencia obligado. La cuarentena y más allá, la falta de combustible, no me
permite ir a San Cristóbal, para hacer un diagnóstico de contraste o que
refuerce el actual. El racionamiento eléctrico y la falta de acceso a internet,
me hacen buscar en mi pueblo y no más allá, el comportamiento económico, social
y político de mi país. Pero creo no estar muy alejado de la realidad, ya nos
acostumbramos a no tener puntos de referencia. Hoy día ya nadie recuerda o no
quiere recordar, como era la Venezuela de fin del Siglo XX, la Venezuela
trabajadora, la de la Empresa Petrolera exitosa. Ya nadie hace comparaciones ni
busca referencias de hacia dónde vamos, porque cada día es un salto hacia atrás
y cada día el abismo es más profundo, ya que la caída pareciera no tener fin.
En tanto, la fuerza armada seguirá brindando apoyo a la dictadura y el pueblo
seguirá muriendo de hambre, porque bolas ya no hay y las pocas que quedan se
cuidan, porque hay mucho vivo que quiere matar erizos, pero con las bolas de
los pendejos.
Dios quiera y mi corta
visión, me haya hecho analizar el contexto, en un pueblo que no genera la
visión exacta de lo que pasa en nuestro país, porque de estar acertado, nuestro
camino lo estamos transitando en contravía y como el cuento del borracho que
escucha en la radio que un vehículo va en sentido contrario en la autopista y
expresa en su borrachera “Uno?, son un coñazo”. Así está Venezuela, rumbo a la PREHISTORIA.
NOTA AL MARGEN:
Este escrito fue elaborado
el día jueves 14 de Mayo. Para este momento no se podrá publicar, ya que he
contado con un poco de energía eléctrica, pero el internet ha estado ausente, lo
cual refuerza el escrito en su contexto.
Vicente Colmenares Tovar
7.661.177
Mi hermano y amigo Luis Muñoz Machado me hace llegar este comentario, para que lo publique, ya que él no pudo hacerlo a través de Google:
ResponderEliminar"Hermano de la vida; con tristeza y desesperanza he leído tu escrito. Nuestros corazones se arrugan ante tanta tragedia y se enervan ante la inacción del peor gobierno que ha tenido país alguno en los últimos años.
Cómo transmitir una palabra de aliento o sosiego ante tan estruendosa crisis? Cómo confiar en quienes tienen las riendas de este (des) gobierno?
Y así seguimos, entre dictadura y gobierno interino, mientras el pueblo languidece y sus ojos van perdiendo el brillo que otrora nos caracterizó.
Solo puedo decirte - y pedirte - animo y fe, espero q más temprano que tarde se supere tanto desastre.
Te abrazo".
Para los que estamos fuera de Venezuela la imaginamos como cuando nos fuimos, (en mi caso ya poco mas de dos años), aun se podía invertir, aun había muchas cosas por hacer, pero al leer esto entiendo el porque de tantas cosas.. Y a ser realista me cuesta mucho aceptar esa realidad del dolor que causa.
ResponderEliminarEstar fuera te hace imaginar una Venezuela funcionando, donde pudimos llegar a ser un País mucho mejor que cualquiera del exterior.
De lo contrario, de estar el la prehistoria, nada cuesta soñar con el momento exacto donde todo cambie, porque debo tener la esperanza que la fuerza de reconstrucción también vendrá con mayor fuerza que con la que fue destruida. Sino, estar aquí afuera no tendrá sentido..
Amén hijo.
EliminarNo podemos perder la esperanza y debemos estar preparados con la voluntad y la actitud, para cuando llegue el momento.
Gracias por la lectura.
Hermano de acuerdo contigo y comparto tus sentimientos de frustración, tu ejemplo es un retrato de cada rincón de Venezuela, estamos rodeados de foragidos producto de nuestra propia idiosincrasia y alimentado por los personajes de este desgobierno y lamentablemente apoyado por nuestra querida FFAA, que destruidas desde sus bases poco pudieran servir ahora para un revés, la historia juzgará a cada uno que decidió vender su alma al mismísimo diablo, solo unidos en oración y con mucha fe podemos espantar la maldad presente. Saludos y un gran abrazo. Victor Veliz
ResponderEliminarFeliz noche y como siempre acertada pluma, sapiente y sentida. Un abrazo
ResponderEliminarExcelente Editorial.! Muy referencial. Te felicito.! Una columna descriptiva y reflexiva.
ResponderEliminarSigue así, vas bien.!
Excelente Editorial.! Muy referencial. Te felicito.! Una columna descriptiva y reflexiva.
ResponderEliminarSigue así, vas bien.!
Estimado Vicente, leí tu artículo el cual se nota que escribiste con mucho sentimiento. Yo estoy en Caracas, y aunque estamos en circunstacias ligeramente mejores que en la provincia, la situación es triste y desoladora también.
ResponderEliminarSaludos y mi estima y consideración de siempre.
AJ