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| Agripina Stephen |
Agripina Stephen, mejor conocida en la comunidad del Colegio “Divina Pastora” de Ciudad Bolívar, como la Profesora Pina, fue la profesora guía de Alejandro, mi hijo menor, en el primer año de bachillerato. Su metro noventa (1.90 mts) de estatura y su recio color negro, denotaban una expresión de un carácter que hacia juego con su color y su estatura. Bastaba conocer y establecer cualquier conexión con ella, para entender que se trataba de un noble corazón, de una fresca sonrisa y de unos valores inquebrantables. Quizá Dios asumió, en su grandeza, que ese noble corazón no pertenecía al Plano Terrenal, sino que esa alma tan noble, agradable y con una sonrisa permanente, estaba destinada a alegrar aún más, el reino de los cielos; quizá Dios había decidido que ella no se fuese todavía.
De misterios está lleno el camino del Señor, pero lo cierto es que Agripina, ya no está con nosotros.
Algunos dicen que era hermana del cantante de los 60 y 70 Henry Stephen. Nunca caímos en las trivialidades de edades, colores u otras, calculo que se aproximaba a los 60 años, pero era todo un mar de valores. Muchas veces, ya sin ser la profesora guía, ni de ser profesora de ninguna catedra de mi hijo, me senté a conversar con ella. Siempre hubo un espacio para la amistad y hoy me duele su muerte y quiero escribirlo.
Hace más de un año, durante una conversación con Pina, me comentó que su estado de salud era bastante delicado, que sufría de una deficiencia coronaria severa y que le era urgente una operación a corazón abierto, pero que más allá de eso, requería algunos equipos que no se encontraban en el país por la crisis médico-farmacéutica. Los médicos le habían dado plazo de seis meses para operarse y el mundo se le “ponía chiquito” al ver que sus recursos, sus ingresos y esta grave crisis, no le ayudaban a dar solución a su problema vital.
Nunca escuché, a partir de esa fecha, un lamento, una crítica, un resentimiento. Pina solo le comentó a sus amigos el problema, no buscó la lastima hipócrita (en algunos casos), no apeló a la frustración, trabajo hasta el fin del año escolar, no consiguió en esos seis meses los equipos, pero su sonrisa jamás se borró de su rostro, su buen humor nunca amainó.
Bravo Pina, que a pesar de saberte vecina cercana de la muerte, solo supiste transmitir deseos de vivir.
Bravo Pina, que sabiendo tu destino, mantuviste tu orgullo y tu dedicación por el futuro de nuestros muchachos.
Bravo Pina, que no te aislaste ni nos aislaste en tus momentos de dolor.
La semana pasada recibí un mensaje de Pina. Ya estaba listo todo para su operación en Barquisimeto pero a la hora de ingresarla al quirófano, faltó un equipo médico y suspendieron la operación. Esos fueron nuestros últimos mensajes y nuestras últimas palabras.
Hace unos días operaron a Agripina Stephen, mi gran amiga. Ya se había vencido el plazo de los seis meses y su corazón no aguantó la operación. Seis horas después de salir del quirófano, Agripina Murió.
Descansa en Paz Pina. Que tu vuelo sea tan alto como tú, como tus valores, como tú amor por la vida, como tu amistad.
Dios te acompañe, te bendiga y te brinde el descanso eterno.
Vicente Colmenares.
NOTA AL MARGEN:
Este escrito lo realicé el 19 de agosto de 2017, en honor a la amistad, como una muestra de profundo respeto y admiración a una mujer grande, tanto de tamaño, como de amor por la vida y sus semejantes.

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