sábado, 8 de junio de 2019
Solo buscamos la Unidad Política
Si tan solo encontráramos la verdadera ruta de la Unidad política en la oposición venezolana, cuan fácil sería emprender un nuevo camino hacia la Libertad. No porque no hayamos transitado ninguno, no porque ninguno haya dejado frutos, sino porque no se ha logrado el objetivo, que al final es lo que queremos todos los venezolanos que adversamos esta Dictadura.
Me refiero a la Unidad política, porque ya sobre la Unidad de los hombres, se ha escrito. Stefan Zweig, en la biografía de Fiódor Dostoyevski, autor de “Humillados y Ofendidos”, publica una frase del mismo autor: «¡Oh, no creáis en la unidad del hombre!».
Stefan Zweig definía a los personajes dostoievskianos como «seres cargados de inhibiciones e incertidumbres». Y anotaba: «Extraños en el mundo por amor del mundo, irreales por pasión de realidad, los personajes de Dostoyevski parecen a primera vista sencillos. No tienen un rumbo preciso, no tienen una meta visible: como ciegos o ebrios van tambaleándose por el mundo estos hombres ya adultos. Se detienen, miran a su alrededor, hacen muchas preguntas y sin contestación siguen su camino hacia lo desconocido… Son seres de transición, con el caos primordial en su corazón, cargados de inhibiciones e incertidumbres. Están siempre asustados y apocados, siempre se sienten humillados y ofendidos…».
Esta corta exposición que se hiciera a uno de los grandes de la literatura rusa, quise traerla a colación para reflejar, en primera instancia lo difícil pero necesario de la Unidad; si bien es cierto que nuestros objetivos personales, siempre será difícil unirlos a los de otros hombres y hacer que marchen juntos, debemos considerar nuestras posiciones políticas y entender, que esta Unidad si es necesaria y obligatoria. En segunda instancia, mostrar a través de la óptica del autor de este celebre libro, como el venezolano actual está tomando las características de los personajes del mismo, desde el venezolano de a pie, hasta el político, el Diputado, el Magistrado y el Rector, “siempre asustados y apocados, siempre humillados y ofendidos”.
Ayer recibí un escrito por las redes, atribuido a Tulio Hernandez, en el cual y en franco desafío a un nutrido grupo de tuiteros, trata de descalificarlos, ya que a su vez y en su concepto, estos ofenden y descalifican a los políticos de la MUD. Por otro lado me encuentro miles de tuits a diario, de personas que no están de acuerdo con las decisiones tomadas por la MUD y que solo exigen ser escuchadas a través de las redes sociales, otro tanto negándose a votar, muchos otros llamando a participar. En fin, no es el interés de un hombre quien está en juego, no es al constitucionalista a quien en específico quiero referirme, pero es a todos en general a quien deberían llegar estas palabras.
No se trata del clan que quiere el poder, ni de la banda que desea exterminar a otra o del equipo que quiere ganar sin importar las reglas. Aquí se trata de coexistencia, de UNIDAD, de apoyo mutuo, de confluencia de intereses, de logro de un objetivo común, de alcanzar la democracia, de lograr la LIBERTAD.
Si los políticos no escuchan, si los “radicales” no atienden, si los sentimientos se apoderan del electorado y si dejan que sus intereses particulares sean mayores y manipulados por los expertos en la materia (Cubanistoides baratos), estaremos condenados a muchos años de Dictadura, y la MUD, al igual que la Coordinadora Democrática, tan solo pasará a la historia como otro error o fracaso de la oposición política venezolana.
Mientras la MUD y el resto de los políticos que adversan a la Dictadura, sigan pensando que el enemigo está de este lado y no haya quien medie entre ellos, quien tome el liderazgo o la Dirección del Debate, será mucho el daño que le causen al país, porque no se trata de ver quien produce más Andrógenos, sino quien al final va a hacer que el venezolano produzca menos endorfinas. Se trata de un objetivo común, el cual incluye hasta los rojos, se trata de LIBERTAD, de salir de la Dictadura, de acabar con el Estado Fallido, de correr a los cubanos, de salir de los terroristas, de acabar con el narcorégimen, en fin, de regresar a la Venezuela prospera. Pero esto no será posible sin una buena comunicación entre aliados, salvo que ocurra un milagro y considero que a los milagros hay que llamarlos y desearlos, bien dice el proverbio popular, anclado a Dios: “Ayúdate que yo te ayudaré”.
Se trata de Unidad Política, de unificar criterios, de saber escuchar y de hacerse entender, de reunirse, de dialogar, de crear estrategias, de diseñar soluciones, de informar al país. Nada del otro mundo, cuando la intención es sana. Salvo que esto último no aplique y estemos en presencia de deseos e intenciones insanas. Por lo demás, considero que es ahora o nunca, no por el cuento del lobo, porque ese desde hace rato empezó a comernos, es porque no nos devore a todos.
Mientras nos desgastamos en cómo combatir entre nosotros y no mudemos la guerra a la otra acera, la Dictadura continuará con pie de plomo o mejor dicho “con bota de plomo”, cercenando nuestros derechos y cercando nuestra LIBERTAD.
Ustedes serán los responsables, pero todos viviremos “Asustados y Opacados, Humillados y Ofendidos”.
Solo buscamos la Unidad Política.
Vicente Colmenares.
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