sábado, 30 de mayo de 2020

UN FUTURO INCIERTO

Aulas vacías, como el perfil de egreso.


Nuestra conducta social y política presente, no solo lanzó al país al precipicio, si no que comprometió seriamente la sociedad venezolana de los próximos 50 años o más.
El avance, el progreso de un país, sin lugar a dudas depende de la calidad del Talento Humano interno de ese país. Hace ya unos cuantos años que nuestros pensum de estudios, a todo nivel, comenzaron a cambiar, a pesar de las denuncias y protestas para evitarlo. Hoy día, la cruda y cruel realidad, es que nuestros jóvenes están mucho menos preparados que los de otros países y que las generaciones que los antecedimos. Quizá uno que otro colegio o universidad privados, se atreva a apostar por la excelencia de sus egresados, pero el común denominador de nuestros recién salidos de bachillerato, técnicos superiores o profesionales universitarios, tienen un notorio déficit académico, el cual es notorio en todas las áreas (físico matemáticas y de la ingeniería; biológicas y de la salud; sociales; humanidades y las artes). Pareciera que la lectura, en términos generales, es algo innecesario para el desarrollo integral del venezolano de hoy, lo cual los relega hacia una sociedad vacía, que solo operará en los estándares de la ejecución a través de formatos establecidos previamente por otros entes, ya que no poseerán la capacidad para establecer sus propios patrones.
Solo pensar en el aparato público de un país, nos da la respuesta inmediata de la necesidad de un equipo humano complejo, pero que requiere de alta gerencia. Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Moral, poseen cargos de muy alto nivel, que se van esparciendo aguas abajo, a fin de garantizar la optimización de las políticas públicas dictadas por ellos. Directores, Gerentes, Jefes de División, Coordinadores, Jefes de Áreas, requieren de una capacitación aceptable hacía excelente, aunado a la actitud para la función pública, que nos lleve por el derrotero del progreso. No podemos seguir pensando en el clientelismo político y la ocupación de cargos por amiguismo o tendencia de color o bandera, lo cual inexorablemente nos lleva a la capacitación de Talento Humano para la ocupación de esos cargos.
Lo jóvenes nacidos durante este gobierno, desde 1.999, han sido los conejillos de indias de las pésimas decisiones que durante años han tomado los Ministros de Educación y la revolución, lo cual los condena a un futuro casi que mediocre y con ellos a toda la sociedad, ya que en unos 30 años, serán quienes estén ubicados en los cargos de máxima exigencia tanto en el sector público como privado. La edad promedio de los Ministros, alta plana pública y alta gerencia privada, se ubica en mayores de 40 años y hoy no contamos con un proyecto de cambio que apunte en otra dirección, ni con un proyecto alterno que destituya al actual, por lo que inefablemente avanzaremos, sin rumbo y sin timoneles hacia el futuro, peor aún, si nuestra apuesta es a la juventud, como en efecto algunos sectores están apuntando, no tendríamos tiempo para reaccionar, ya que capitalizaríamos el problema de manera inmediata.
En una Dictadura de corte militar, como algunos analistas la hacen ver, ni las fuerzas armadas (minúsculas con justificada razón) escapan del problema. Antes los estudiantes de las diferentes áreas técnicas militares, tenían ciertas ventajas en referencia al grueso de los estudiantes a nivel nacional, lo cual se podía evidenciar en la comida, dormitorio y vestuario. Hoy día, la comida es de pésima calidad, desconozco como estarán dotados y mantenidos los dormitorios, pero asumo que han tenido igual impacto. Solo el hecho de ver que un alumno de la guardia nacional, hace su período de formación con unos blue jeans rotos, que trajo de su casa, una almilla que compró en ovejita y que las botas de campaña fueron suplantadas por los zapatos que traía también de su hogar, nos hace ver que no debemos estar lejos en deducir que el pensum académico ha tenido una desmejora similar a los otros.
Detractores sobrarán a este razonamiento, a esta conclusión, a este análisis, pero en la vida se debe ser objetivo y por más que mis sentimientos requieran identificarse con otra verdad, la de una Venezuela preparada en cuanto a su disciplina académica, la realidad es otra. Requerimos de un giro radical, no solo a nivel de pensum de estudios y perfiles de egreso, debemos partir de la preparación, adiestramiento y capacitación de quienes estarán encargados de llevar a buen puerto a toda esa juventud, a quienes son los llamados a la enseñanza de nuestros líderes futuros.
Mientras tanto, sigamos apostando por el paso a paso y por desgracia, el primer paso es salir de este infortunio llamado chavismo.




Vicente Colmenares Tovar
7.661.177

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